La crisis de los alimentos

El precio de los alimentos es la otra gran amenaza que se cierne sobre la especie humana. En el último año los alimentos considerados materia prima (maíz, trigo y soya) han aumentado sustancialmente. En 2007, el precio del trigo subió un 92%. El maíz un 44% y la soya un 33%.

Las proyecciones para este año no son halagüeñas. Durante el mes de enero, por ejemplo, la tendencia al alza del trigo, maíz y soya se mantuvo. Un bushel de maíz (56 Libras) esta costando ya 5 dólares, lo que representa 67 centavos más que lo que costaba en diciembre. El bushel de trigo (60 libras) anda por los 9 dólares, US$1.13 más caro que a final del año pasado. El bushel de soya (60 libras) cuesta ya 12 dólares, 87 centavos más que en 2007.

El precio de estos tres tipos de alimentos es fundamental debido a que son, junto al arroz, los más consumidos por la humanidad. Más de la mitad de la provisión mundial de alimentos provienen del arroz, trigo y maíz. Según estudios de la FAO, el trigo es el alimento básico de 2500 millones de personas en todo el planeta, aporta más calorías y proteínas a la dieta mundial que cualquier otra clase de cultivo. El trigo ocupa el 17% de la tierra sembrada en todo el mundo.

El arroz y el maíz son los alimentos más consumidos en Asia, América Latina y el África Subsahariana. Constituyen alrededor del 25% del consumo de alimentos en las regiones más pobres del planeta y aportan el 30% de las calorías y proteínas de la dieta mundial.

Cada uno de estos tres alimentos constituye la base del sustento, no sólo físico, sino económico, de alrededor del 70% de la humanidad. El alza de ellos impacta fuertemente en todos los ámbitos, promoviendo así la posibilidad de grandes hambrunas y hasta estallidos sociales.

El crecimiento del consumo mundial, sumado a la merma de la productividad agrícola son las causas fundamentales del alza en los precios de los alimentos haciendo previsible su escasez, de continuar esa tendencia de aumento en la demanda y disminución en la oferta.

El fulgurante crecimiento de países como India y China con poblaciones que llegan casi a un tercio de la demografía global, hace que la demanda de alimentos se acreciente a pasos agigantados. En el año 1995 el promedio de consumo de carne per capita en China alcanzaba las 44 libras anuales. En 2007 esta cifra aumento a 110 libras de carne por chino. Significando un aumento en el consumo de carne en China de casi un 300% en poco mas de una década.

En India, el consumo de trigo per capita en 1995 era de 85 libras. En 2007 ese consumo ya rondaba las 200 libras, equivalente a un aumento superior al ciento por ciento del consumo en doce años.

Del lado de la oferta, la situación es sumamente crítica. Comenzando por los efectos del cambio climático que han mermado la producción de trigo, y en términos generales de toda la producción agrícola mundial. La producción de trigo disminuyó un 15% durante el año pasado debido al aumento de la temperatura registrado en las principales áreas productoras de este importante alimento, sobretodo en Estados Unidos.

La migración de productores de trigo y soya hacia maíz y caña atraídos por las inmensas facilidades que se empiezan a otorgar para la producción de agrocombustibles es otro de los factores que amenaza no solo el precio, sino también, la disponibilidad de los alimentos para consumo humano.

Durante el año pasado, la cantidad de acres disponibles en Estados Unidos para la siembra de trigo disminuyo en 18%, muchos de los cuales pasaron a producir maíz para etanol, lo cual termino por presionar aun más el precio del trigo a nivel internacional. Pero no solo el trigo.

En México la cantidad de maíz que se exportó hacia Estados Unidos, aumentó en un 17%. Ese maíz iba única y exclusivamente a convertirse en materia prima para la producción de etanol. Esta tendencia de los productores agrícolas mexicanos ha terminado por aumentar el precio de la tortilla a niveles astronómicos, lo cual se constituye en un problema de amplio espectro puesto que el maíz es el alimento esencial de casi toda América Latina.

Esta tendencia no parece que va a revertirse. El 1ero. De Enero de este año, Estados Unidos puso en vigencia una ley impulsada por el presidente Bush, cuyo objetivo es estimular la producción de agrocombustibles en todo el mundo, para cual se han trazado la meta de que el etanol constituya el 10% entre las fuentes de energía del mundo (hoy es apenas el 1.4% y ya causa estragos a escala global). Todo ello sumado a que tanto el BID como el Banco Mundial disponen de alrededor de dos mil millones de dólares, en conjunto, para financiar proyectos dirigidos a producir agrocombustibles, sobretodo en América Latina y África.

Otro elemento, no menos pernicioso, que contribuye al alza en los precios de los alimentos es el especulativo. Las agencias financieras que se dedican a realizar contratos de compras de inventarios a futuro, presionan el precio. Estas entidades que hicieron su debut a gran escala con el petróleo, ahora ante la eventualidad de un alza en los alimentos, han puesto la mira allí, comenzando a comprar producciones futuras de alimentos. Un estimado hecho recientemente, establece que alrededor del 30% de la producción de trigo, maíz y soya, para los próximos diez años, ya ha sido contratada por estas agencias.

El panorama en torno a la alimentación de los seres humanos se torna sombrío. El capitalismo salvaje, inhumano y cruel del cual somos victimas esta amenazando seriamente a nuestra especie. Para contrarrestar todo esto hará falta una sociedad movilizada y ciudadanos conscientes que sean capaces de discernir claramente cuales son los retos y los graves peligros que nos acechan. El precio de los alimentos es uno de ellos, tal vez el mas devastador.